El arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, presidió este martes en la Catedral, la misa con motivo de la solemnidad litúrgica de la Asunción de la Virgen, “una celebración que nos revela que la humildad es el camino hacia el cielo”, destacaba.
Por la mañana en la Catedral, tras el canto de laudes, el Arzobispo y el Cabildo recibían, en la Puerta de los Hierros, la llegada de la imagen de la Dormición de la Virgen, que era trasladada desde la Capilla de la Virgen del Milagro, en la calle Trinquete de Caballeros, portada por miembros del “Grup de Mecha” caracterizados como los doce apóstoles.
Después daba comienzo la misa solemne, en la que monseñor Benavent explicaba que esta solemnidad “llena de gozo y esperanza a todos los creyentes y a toda la humanidad” y con ella se recuerda que la Virgen “nunca presumió ni se engrandeció por lo que era, tenía o había hecho sino que proclamó que lo importante no era lo que Ella había hecho sino lo que Dios había hecho en Ella”.
La celebración de la fiesta de la Asunción continuaba por la tarde, a las 18:30 horas con las segundas vísperas solemnes. Después, sobre las 19 horas, la imagen yacente de la Dormición de la Virgen recorría las calles de Ciutat Vella en la procesión vespertina de la fiesta de la Asunción, considerada la procesión más antigua de la Archidiócesis ya que data del año 1352.
La imagen era llevada desde la Catedral hasta la Capilla de la Virgen del Milagro, en la calle Trinquete de Caballeros, donde se venera todo el año, acompañada por el Cabildo de la Seo y portada en este recorrido por el 'Grup de Mecha', cuyos miembros iban caracterizados como los doce apóstoles.