Con el título 'El llibret de Falla: una oportunidad cultural', la Feria del Libro de Frankfurt 2022 albergará desde el 19 al 23 de octubre una biblioteca efímera formada por unos 100 llibrets de Falla y otros objetos complementarios que datan desde 1855 hasta nuestros días. Esta iniciativa se enmarca en la participación de España como país Invitado de Honor en la cita internacional más importante de las industrias gráficas y editoriales, donde València Capital Mundial del Diseño 2022 contará con un espacio propio gracias a la inversión realizada por la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte, a través Dirección General de Cultura y Patrimonio.
Los llibrets de Falla nacen del trabajo colectivo de valencianos y valencianas y están formados por una suma de artículos de opinión, poemas, estudios históricos, ensayos, relatos, cuentos, ilustraciones... junto a recuerdos personales, vivencias, actos festivos en la calle o anuncios de comercios de barrio. En tanto que documento escrito, el llibret de Falla recoge el testimonio oral y experiencial del imaginario colectivo. Estas publicaciones, que forman históricamente parte de las Fallas, son un elemento que no sucumbe a las llamas, y que, sin embargo, pasa desapercibido para el gran público, que presta más atención a otras expresiones artísticas falleras.
"La misión de esta muestra es reivindicar la importancia de potenciar y comunicar la existencia del llibret de falla como oportunidad cultural más allá del mundo fallero", explica Ricardo Ruiz, director del proyecto. "Se trata de una plataforma genuinamente local, de expresión libre, participativa, que debe dar cabida al talento del mundo cultural valenciano, en forma de reflexiones escritas, poesías, ilustraciones, fotografías, condensadas en un formato editorial valenciano cuya naturaleza es interseccional y no endogámica, que nos empuja a compartir formas de ver y conocimiento desdibujando estratos culturales."
Para conformar el proyecto y recopilar los llibrets han colaborado diferentes personas, instituciones y asociaciones, prestando distintos ejemplares y objetos que constituyen una biblioteca común, transformable y efímera.
El universo editorial de las asociaciones festivas de Valencia durante las Fallas, una biblioteca de la historia de la ciudad
La Biblioteca de Alejandría fue, en su época, la más grande del mundo. Se estima que se estableció a principios del siglo III a. Nació bajo la ambiciosa idea de fundar una ciudad que contuviera el conocimiento universal, acogiendo todas las culturas y creencias. De esta forma, pretendía recopilar todas las obras del ingenio humano, que debían ser incluidas en una especie de antología inmortal para la posteridad. Su trágico final, a consecuencia de las llamas y numerosos desastres, hizo que únicamente se conservaran unos pocos pergaminos, guardados en los hogares de gente corriente, que se preocupaba por protegerlos de la persecución de autoridades y conquistadores.
En València, el fuego nos une en torno a la construcción efímera de cosas nuevas; de lo insólito y lo sorprendente. Construimos las Fallas, un museo efímero de esculturas repartidas por la ciudad, que nos obliga y exige salir a la calle, convirtiendo lo imposible en cotidiano. Descentralizamos el conocimiento, lo ampliamos a cada barrio, a cada rincón. Y fruto de esta creación combustible, concebimos publicaciones en torno a nuestras esculturas, que, tras la extinción de las llamas, nos hablan de nuestra propia historia, la que consta en los llibrets (o cuadernillos) falleros: nuestra biblioteca a escala urbana.
Como en aquella vieja leyenda de Alejandría, la gente corriente guardamos nuestros manuscritos en las estanterías de nuestras casas, protegidos del fuego que nos hizo escribirlos. Cada ejemplar, cada Falla, en cada casa: en una estantería o en un cajón, nuevo o roto, leído o por leer... Como una gran biblioteca que se extiende por todas las comarcas de nuestro territorio.
Cada uno de estos espacios es como descubrir un rincón íntimo, por esa mezcla de reflexiones y también de recuerdos del imaginario colectivo en distintas épocas históricas. Finalmente, hemos entendido el llibret fallero como un género literario genuinamente local: un espacio de libre expresión que da cabida a poetas, escritores, ilustradores, fotógrafos... y que, sobre todo, nace directamente de las asociaciones de vecinos y, por tanto, está realmente arraigada en nuestro territorio.