Valencia Basket cierra con honor su primera Final Four de Euroliga Femenina

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Valencia Basket cayó ante Fenerbahçe por 49-59 en el partido por el tercer puesto de la Euroliga Femenina, pero la derrota no empaña el enorme paso adelante del equipo

Leo Fiebich y Nadia Fingall /Foto FIBA

Fue la primera participación del conjunto taronja en una Final Four continental, un logro histórico que ya colocaba al club entre los cuatro mejores de Europa.

Lo hizo, además, compitiendo hasta el final, con una plantilla muy mermada por las bajas y una rotación extremadamente corta. La lucha, la fe y el compromiso fueron irrenunciables, y eso también es un triunfo.

Un inicio frío ante un rival muy certero

Fenerbahçe tomó el mando desde el arranque, combinando eficacia en el tiro y control del ritmo de juego. Valencia, por su parte, empezó con nervios y dificultades para encontrar el aro, encajando un parcial inicial que obligó a Rubén Burgos a pedir tiempo muerto. La defensa taronja contenía como podía, pero las pérdidas de balón y el desacierto desde el perímetro lastraban el ataque. Aun así, el equipo no se descompuso y cerró el primer cuarto con mejores sensaciones a pesar del 8-12.

Ivonne Turner /Foto FIBA

Segundo cuarto de esperanza y carácter

Lejos de venirse abajo, Valencia Basket subió líneas, apretó en defensa y comenzó a carburar en ataque. Lideradas por Iagupova, Carrera y Turner, las valencianas lograron un parcial de 8-0 que empató el partido y cambió el guion. La reacción no fue fruto de un momento puntual, sino de una propuesta valiente, madura y coral. Por momentos, el equipo jugó su mejor baloncesto del torneo: rápido, inteligente, con confianza. Al descanso, Valencia se fue cuatro puntos arriba (29-25), alimentando el sueño de llevarse el bronce.

Equilibrio total en un tercer cuarto vibrante

El partido se convirtió en un pulso de nervios, talento y físico. Fenerbahçe, curtido en estas citas, aprovechó algunos desajustes para igualar el marcador. Aun así, Valencia no dejó de responder. El intercambio de canastas, errores y aciertos reflejaba la tensión del momento. Iagupova mantenía a las suyas en la pelea, y la defensa seguía siendo intensa. El cuarto concluyó con una mínima ventaja para las turcas (42-43), dejando todo abierto para los diez minutos finales.

Nadia Fingall /Foto FIBA

El último cuarto, marcado por el desgaste físico

La energía comenzó a escasear en las filas valencianas, y Fenerbahçe, con más fondo de banquillo y mayor experiencia en este tipo de citas, lo aprovechó. Las turcas firmaron un parcial clave en el arranque del último periodo, subiendo la renta a nueve puntos. Valencia estuvo más de cuatro minutos sin anotar, bloqueada en ataque por el cansancio y el muro defensivo otomano. Aun así, un triple de Fiebich y dos tiros libres de Turner devolvieron algo de esperanza, pero ya era tarde. El equipo turco mantuvo la calma y cerró el partido con autoridad.

Alina Iagupova /Foto FIBA

Una derrota honrosa que vale tanto como una victoria

Valencia Basket no solo compitió. Se plantó en la Final Four sin tres jugadoras clave, luchó cada minuto, ganó un partido agónico en cuartos de final, y estuvo a un tiro de meterse en la gran final. Ha demostrado que puede tutear a las mejores de Europa, que tiene una identidad reconocible y un proyecto sólido. Ha ganado experiencia, respeto internacional y el aplauso unánime de su afición.

El equipo ha escrito una página dorada en su historia. No se llevó el bronce, pero sí algo que pesa más: el orgullo de pertenecer a una élite que solo alcanzan quienes creen, trabajan y se atreven. Y en eso, Valencia Basket ha sido un ejemplo.

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