Valencia Basket se quedó a las puertas de la final de la EuroLeague Women tras una vibrante semifinal ante el CIMSA CBK Mersin (66-68)

El conjunto turco se tomó la revancha por la eliminación sufrida la temporada pasada ante las taronja, pero tuvo que sufrir hasta el último segundo para lograr su pase a la final. El equipo dirigido por Rubén Burgos, pese a las importantes bajas y la corta rotación, firmó un esfuerzo memorable en una cita que ya era histórica para la entidad.
Inicio sólido y confianza ofensiva
El conjunto taronja saltó a la pista del Pabellón Príncipe Felipe con un quinteto formado por Leticia Romero, Alina Iagupova, Leo Fiebich, Nadia Fingall y Kayla Alexander. El arranque fue serio y eficaz en ambos lados de la pista, con un parcial inicial de 9-2 gracias a la buena conexión entre Alexander, Fingall y Fiebich. Mersin, errático en los primeros compases, logró responder con un 6-0 particular de Johannes que apretó el marcador.
Valencia Basket mantuvo el tono con buenas acciones de Romero y Fiebich, aunque el balance defensivo permitió a Howard hacer daño. Araujo redujo la diferencia desde el triple (17-14) y poco después, el equipo turco se puso por delante por primera vez con un 4-0. El primer cuarto terminó 20-17 tras un triple final de María Araujo.

Problemas de acierto y parcial adverso antes del descanso
El segundo cuarto arrancó con un nuevo parcial de 4-0 para Mersin, que le dio la vuelta al marcador. Las taronja sufrían para anotar (solo 2 puntos en casi cuatro minutos), y Rubén Burgos se vio obligado a parar el encuentro para buscar soluciones. Mersin aprovechó la falta de acierto valenciano para ampliar la renta hasta los 6 puntos (32-38) al descanso, pese a los esfuerzos defensivos de Alba Torrens y las aportaciones de Carrera desde el tiro libre.

Reacción taronja y partido muy físico
Tras el paso por vestuarios, Valencia Basket ajustó en defensa y logró frenar durante varios minutos el ataque rival. Un parcial de 8-2 devolvió la igualdad al marcador, pero no aprovechar ese momento resultó costoso. Mersin reaccionó con un 4-0 y volvió a abrir brecha. El contacto físico que se permitía en defensa, sobre todo del cuadro turco, empezaba a pasar factura a las taronja, mientras Johannes y Samuelson lideraban un nuevo arreón.
Stephanie Mavunga apareció con un triplazo que dejaba la diferencia en solo cuatro puntos al final del tercer cuarto (46-50), manteniendo viva la esperanza de remontada.

Último cuarto de infarto
El inicio del último periodo fue un mazazo: 7-0 de Mersin que ponía el +11. Pero Valencia Basket respondió con carácter: Carrera, Fiebich y Alexander firmaron un 10-0 que devolvía la emoción al Príncipe Felipe. Leticia Romero empataba desde el triple (61-61), y poco después, tras la eliminación de Howard por técnica, las taronja se ponían 3 arriba a falta de 2:30 (66-63).
Sin embargo, un triple de Bridget Carleton igualó el duelo. Romero tuvo una buena opción para adelantar a las suyas, pero el balón no entró. Poco después, una falta previa de Iagupova anuló una canasta clave de Fingall. Anderson respondió con una canasta de dos (66-68) y, aunque Alexander volvió a igualar el marcador con un gran movimiento en la pintura, otra vez Anderson anotó un gancho con la izquierda a falta de 12,2 segundos.

La última posesión, sin recompensa
Rubén Burgos pidió tiempo muerto. La jugada se diseñó para Leticia Romero, que buscó la penetración, pero la defensa de contacto de Mersin impidió el milagro. El equipo turco estará en la final ante USK Praga, mientras que Valencia Basket peleará por el tercer puesto este domingo a las 17:30 horas frente a Fenerbahce Opet.

Una cita histórica para Valencia Basket
A pesar de la derrota, las sensaciones del conjunto valenciano son de orgullo. Compitieron hasta el final frente a una plantilla plagada de talento y experiencia, superando múltiples adversidades físicas y dejando claro que están preparadas para luchar por cotas muy altas en el baloncesto europeo. Estar entre los cuatro mejores de Europa ya es un hito, pero el domingo querrán ponerle el broche con un bronce más que merecido.