Juan, un vecino de Aldaia de 74 años con movilidad reducida, ha podido salir de su hogar por primera vez desde el 29 de octubre, cuando la DANA anegó el garaje de su edificio, inutilizó el ascensor y lo dejó confinado. Gracias a una silla automática prestada por Cruz Roja Mislata, Juan pudo bajar al exterior y retomar parte de su rutina, incluida una visita al centro de día.
Esta acción solidaria es fruto de la colaboración entre el Ayuntamiento de Aldaia y Cruz Roja, que se han movilizado para adquirir equipos como estas sillas automáticas, esenciales para garantizar la movilidad de personas mayores y con movilidad reducida. Según Guillermo Luján, alcalde de Aldaia, “esta situación de aislamiento afecta gravemente la salud mental y física de los vecinos afectados por la DANA”.
Dificultades persistentes tras la DANA
El municipio aún enfrenta las consecuencias de las inundaciones. Más de 120 garajes permanecen llenos de lodo y el foso de muchos ascensores sigue inutilizable, impidiendo la movilidad de residentes vulnerables. “Las aseguradoras deben actuar con urgencia para evitar que esta situación se prolongue y genere más riesgos de salud pública”, advierte Luján.
En el caso de Juan, su hija destaca la dificultad emocional que enfrenta su padre, quien no entendía por qué seguía sin poder salir de casa cuando las restricciones de la pandemia ya no existían.
Una solución temporal, pero crucial
Gracias al préstamo de Cruz Roja Mislata, Juan y otros vecinos en situaciones similares han podido encontrar un alivio temporal mientras llegan las sillas automáticas adquiridas por el consistorio. El alcalde invita a más ciudadanos afectados a contactar con Servicios Sociales del Ayuntamiento, asegurando que nadie debe sentirse abandonado en esta crisis.
La movilización en Aldaia, liderada por el esfuerzo conjunto de instituciones y voluntarios, refleja cómo la solidaridad sigue siendo clave para superar las secuelas de la DANA.
23 días, y no se les cae la😀
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