Fotos: Manolo Guallart.- Una misa solemne en la Catedral presidida por el Arzobispo de Valencia, el Cardenal Antonio Cañizares, celebró la fiesta de San Vicente Mártir, patrón de la ciudad y de la archidiócesis de Valencia. En su homilía, el Cardenal proclamaba que “San Vicente y todos los mártires atestiguan en su martirio la capacidad de verdad del hombre como límite de todo poder”.
Por su parte, la Coral Catedralicia interpretaba dos obras de José Pradas, ambas a doble coro y acompañamiento de órgano, “Invictus martyr Vincentius” y “Ardebat Vincentius”; la Misa a San Agustín, de Donnini; y el motete “Jubilate Deo” de Giovanni Gabrielli, entre otras piezas.
Concluida la eucaristía tuvo lugar la procesión con la imagen de madera plateada de San Vicente Mártir, obra del escultor valenciano del siglo XVIII, José Esteve Bonet. El recorrido de la imagen comenzó en la plaza de la Reina, siguiendo por la calle del Mar, Avellanas, plaza del Arzobispado y plaza de la Almoina para regresar a la Catedral.
Misas en rito hispano-mozárabe
Por la tarde, a las 20 horas, tenía lugar la tradicional misa en rito hispano-mozárabe, en la parroquia de Cristo Rey de Valencia, primitiva basílica sepulcral del santo, conocida como 'La Roqueta', situada en la calle San Vicente, 126.
Igualmente, también por la tarde se celebraba una misa en rito hispano-mozárabe en la capilla cárcel de San Vicente, conocida como “el Pouet”, a las 18:30 horas, ubicada en la calle que lleva este mismo nombre, organizada por el Oratorio de San Felipe Neri y el Centro Ecuménico Interconfesional de Valencia CEIV.
Patrono de la archidiócesis de Valencia
San Vicente Mártir es patrono de la archidiócesis de Valencia y, dentro de ella, también de la propia capital valenciana, del distrito de Benimàmet, de las localidades de Guadassuar y Corbera y es titular, igualmente, de las parroquias de la pedanía de Venta de Gaeta, en el término de Cortes de Pallás, y de la del faro de Cullera, “donde se le profesa enorme devoción porque el cuerpo de san Vicente apareció en una playa próxima tras ser arrojado al mar por sus verdugos con una rueda de molino atada al cuello”, según fuentes del Archivo diocesano de Religiosidad Popular del Arzobispado.