Los vecinos se fueron acercando a lo largo del día a la puerta del antiguo ayuntamiento, donde se instaló este rastrillo, para comprar a precios muy económicos una gran variedad de productos y ayudar de esta manera al colectivo.
Gracias a lo recaudado, Sonrisa Aldaia podrá desarrollar diferentes actividades para que los niños y niñas puedan disfrutar de juegos y actividades de muy diversa índole que les ayuden a reducir sus problemas físicos, psíquicos y orgánicos, así como tratar con otros niños que se encuentran en la misma situación.