La vicealcaldesa de València y concejala de Desarrollo y Renovación Urbana, Sandra Gómez, ha visitado esta mañana La Ceramo, en el barrio de Benicalap, para anunciar que ya se está en licitación el proyecto de rehabilitación de esta antigua fábrica de cerámica, que supondrá por una inversión de 250.000 euros. “Este edificio constituye un ejemplo excepcional de arquitectura industrial y unos valores históricos, etnográficos, sociales y arquitectónicos de gran relevancia por su singularidad”, ha destacado Gómez, quien prevé que “las obras podrán empezar a lo largo del mandato”.
La Ceramo es el único representante de los escasos restos industriales de fabricación de mayólicas que se conservan actualmente en el entorno del antiguo cinturón de València. Por ello, la vicealcaldesa ha asegurado que se ha convertido en “una pieza cuya integridad ha de prevalecer en cualquier futuro proyecto de rehabilitación y puesta en valor del edificio”.
En cuanto a la reforma, conllevará la reposición de elementos perdidos o deteriorados, así como la eliminación de otros considerados impropios (se catalogan así un edificio añadido con posterioridad o los muros de cierre del patio que daba a la leñera, pues originalmente se trata de un espacio abierto).
Tal como ha explicado Sandra Gómez, previamente a la redacción del proyecto de rehabilitación, se realizará una campaña de intervención arqueológica con un doble objetivo: por un lado, detectar los posibles restos de la antigua Alquería de Cucala, situada presumiblemente en la zona actual de leñera; y, por otro, documentar estructuras relacionadas con la fábrica (que en estos momentos no han sido halladas): un pozo de suministro de agua, antiguas cisternas o un posible refugio antiaéreo de la Guerra Civil, entre otros elementos.
Respecto al uso, la vicealcaldesa ha precisado que se mantendrá un espacio de interpretación sobre la fabricación de cerámica pero, sobre todo, de implantación, como una dotación pública que mejore la calidad de vida de los vecinos y vecinas de Benicalap.
A grandes rasgos, Gómez ha precisado que el inmueble tendrá un carácter interpretativo, con la recuperación de las instalaciones y los bienes que en ella se conservan; un carácter social, en cuanto que mejorará el entorno más inmediato y podrá albergar un uso social; también de conservación, en tanto que podrá mantener una colección estable de herramientas, moldes, piezas, documentación, entre otros elementos, de la antigua fábrica; y un uso funcional, al poderse establecer vínculos con otros museos, como el de Etnología o El Museo Nacional de Cerámica González Martí y promover rutas complementarias.