El alcalde de València, Joan Ribó, ha manifestado hoy su malestar por los hechos registrados ante la demolición del Forn de Barraca, en el marco de las obras de ampliación de la V-21, un proyecto que se ha retomado esta mañana, y que ha producido un enfrentamiento entre los agentes de seguridad y las personas que se oponen a la desaparición de este inmueble histórico.
«No era necesario», ha subrayado Joan Ribó, quien ha reiterado su postura en favor de «ampliar la entrada y no la salida de la vía rodada: con esto era suficiente», ha asegurado. «Desde un inicio nos hemos opuesto a la ampliación de la V-21 en la salida de València, porque si bien es cierto que a en la entrada a la ciudad se forman atascos, en la salida no los hay», ha explicado el alcalde.
El alcalde ha valorado que gracias a ello se ha logrado reducir el impacto, «pero sigue siendo un impacto importante, y yo deploro los hechos de hoy, que no me parece en absoluto positivos», ha añadido, y que se producen «precisamente en la jornada en la que conmemoramos el Día del Medio Ambiente, lo cual constituye un mal simbolismo».