Historia, ciencia y tecnología. Son tres pilares para sostener la paleta cromática que mira al pasado, para restaurar el presente. El color siena se hace un hueco en la Avenida del Puerto, número 24, de València. El Grupo de Investigación del Color en Arquitectura, del Instituto de Restauración del Patrimonio, de la Universitat Politècnica de València, ha participado en la recuperación del color original del Palacete de Burgos.
Se trata de uno de los pocos chalets de principios del siglo XX encargados por una mujer: María Burgos Romero, viuda de Felipe Olmos Cremades. Ella heredó la empresa de maderas, de la que aún se conserva un edificio, actualmente en estado ruinoso, situado a espaldas del palacete.
Obra del arquitecto valenciano Javier Goerlich
Goerlich fue un arquitecto y urbanista clave en el desarrollo de la ciudad de València. De influencia modernista, su estilo se considera ecléctico. Es autor de la Casa Barona, el Banco de València, edificio Barrachina, cine Metropol y las reformas de la plaza del Ayuntamiento y de la Alameda, en aquella época, entre otros muchos trabajos.
Javier Hidalgo, arquitecto por la UPV, se hace cargo de la restauración actual del edificio, propiedad particular que se destinará a vivienda. Hidalgo contactó con la Universitat Politècnica de València para encontrar el color original del inmueble.
Investigación para recuperar el color original
El equipo de investigación, liderado por la profesora de la UPV Ana Torres Barrachino, está formado per Juan Serra, Jorge LLopis e Irene de la Torre. El grupo se puso manos a la obra en dos líneas de investigación. La histórica, para recuperar planos y documentos del edificio, construido entre 1921 y 1922, y la línea científica.
Se realizaron una serie de catas en las cuatro fachadas del edificio, durante los meses de agosto y septiembre del 2020. Las muestras se analizaron con el laboratorio de Microscopía Electrónica de Barrido de la UPV. Un trabajo realizado por las investigadoras Teresa Doménech y Laura Osete. Se ha sido fiel al color original, según explica Ana Torres, “parte por parte, hemos elaborado el cromatismo” que se utilizó en 1922. “Las muestras nos indican, científicamente, que es así”.
Policromía propia de la arquitectura ecléctica
Desde el Grupo de Investigación del Color en Arquitectura, se elaboró, manualmente una carta de color basada en pigmentos, a la manera tradicional, como se realizaba antiguamente. Y después, sobre el edificio, se han hecho las pruebas con las pinturas industriales hasta encontrar los colores adecuados.
En palabras de Goerlich, “la ciudad ideal será la que tenga la fortuna de poseer más obras maestras de quienes nos precedieron, sepa conservarlas con más cariño y atención y además producir otras que legar”. Seguro que cariño no falta en la restauración del Palacete de Burgos.
La recuperación del color en el Centro Histórico de Valencia, el proyecto de restauración arquitectónica en el Sanatorio de Fontilles (Alicante), un estudio de la ciudad de La Florida (EEUU) y las modificaciones del color en residencias para las personas mayores son algunos de los trabajos que ha realizado el Grupo de Investigación del Color en Arquitectura de la UPV, con algo más de 25 años de trabajo a sus espaldas.