Los ‘bous al carrer’ viven su mejor momento. Las cifras del año 2024, 9.135 festejos taurinos populares, es el segundo mejor número de la historia, un auténtico termómetro de lo que significan los toros para los valencianos. Por más que los voceros y ‘regala tintas’ de la izquierda se encarnicen en atacar nuestro acervo cultural.
En contraposición, por suerte, tenemos en las instituciones valencianas a un gobierno abierto, respetuoso y comprometido con la cultura valenciana, tanto en la Diputació de València, como en la Generalitat Valenciana; la primera institución, lo primero que hizo fue aumentar la partida presupuestaria para la Escuela Taurina, mientras que la segunda ha anunciado que, por primera vez, se va a destinar una partida presupuestaria para los festejos taurinos, en su compromiso en el fomento, apuesta y promoción de la tauromaquia.
Y es que la fiesta de los ‘bous al carrer’ es una tradición mucho más arraigada en las entrañas del pueblo que incluso las fallas, la música, la pilota y la paella.
En el hecho de querer prohibir esta fiesta, no se persigue el bienestar animal, sino acabar con todo lo que nos une con nuestra historia, con nuestros antepasados. Los lobbies antitaurinos, partidos animalistas y partidos ‘anti-todo’ como Compromís no quieren proteger a los animales. Quieren acabar con la libertad e imponer que el umbral de su sensibilidad se convierta en el umbral de lo permitido, de lo legal, lo cual abre la puerta a barbaridades y totalitarismos que hoy no tienen cabida en nuestra sociedad.
Hay que luchar para que el criterio estético no sea fuente de derecho y para impedir que vengan cuatro chuflas a decir a nuestros abuelos cómo tienen que relacionarse con el planeta y con su tierra. Hay que levantar la voz para que esta panda de liberticidas no pueda jamás creerse por encima de nuestra tierra, de nuestras tradiciones y de la memoria milenaria de nuestros ancestros. Menos pancartas y más libros.
Todas las personas tienen derecho a disfrutar y a enriquecerse culturalmente no sólo de poetas, músicos catalanes o artistas que tengan registrado su dominio .cat, también de la cultura valenciana, y no hay nada más nuestro que los ‘bous al carrer’, emblema de la cultura mediterránea, pues el toro en las orillas del Mediterráneo ha sido un animal totémico, un mito necesario en nuestra manera de entender el mundo. No es casualidad que sea precisamente un toro el animal sobre el que se sostienen los mitos fundacionales de la propia Europa.
Que se dejen de discursos simplistas y de decir que la tauromaquia es tortura, como bien apuntó la Fundación Toro de Lidia, “hay más muerte y brutalidad en un espeto de sardinas o en una cazuela de gambas al ajillo que en esta tradición milenaria”. Pero esto no les renta.
300 millones en ingresos
No menos importante es el impacto económico que tienen los toros en la Comunitat Valenciana. Según un estudio realizado por la Universitat de València, los ‘bous al carrer’ tienen un impacto en la Comunitat de 300 millones en ingresos para la región durante un año y genera más de 3.000 empleos en la Comunitat.
El estudio estima que estos festejos populares representan el 0,08% del Producto Interior Bruto (PIB) de la Comunitat y el 0,16 % del empleo total. Los sectores beneficiarios de forma indirecta del ‘bou al carrer’, como la hostelería o el transporte, representan el 79,5% del total del empleo asociado a la celebración de los festejos, lo que se traduce en 2.459 empleos de los 3.095 generados en la Comunitat. Dicho de otra forma, por cada euro invertido se generan 8,10 € en la Comunitat Valenciana. Argumentos para cuidar y fomentar nuestra fiesta tenemos de sobra.
[ Javi González 'Viza' | portavoz PP Albalat dels Sorells | @Javi_Viza ]