2021, tan ansiado, ha llegado, pero no con él las buenas noticias. En los primeros compases del presente año estamos viendo como, la crudeza de la pandemia, ha avanzado a pasos agigantados, dejando un enero negro en todos los sentidos.
Los datos, que no olvidemos, llevan detrás a personas, no están dando tregua. La lucha de nuestros sanitarios sigue día tras día incansable para combatir al enemigo, pero, desgraciadamente, la cuerda cada vez se tensa más y cada día está más cerca de romperse.
La llegada de un menor número de dosis en ciertos momentos, el confuso plan de vacunación, el ‘sálvese quien pueda’ de algunas personas en la gestión de vacunas o la idoneidad de jeringuillas para suministrar las dosis ha supuesto un golpe muy duro a la moral de una sociedad, ya de por sí, tocada. Y si encima le añadimos el cálculo electoral, de cara a unas elecciones autonómicas, que por parte de las autoridades nacionales se está haciendo, el virus sigue cogiendo aire.
Pero, por muy complicada que la situación parezca ponerse, por muy oscuro que se ponga el camino, la esperanza, la fe y la ganas de salir adelante no decaerán. Por lo menos, todos aquellos que han sufrido el azote del virus, y más si cabe, aquellos que ya no están entre nosotros, merecen que nuestro esfuerzo y combate frente a la COVID-19 siga, se intensifique y salga victorioso.
Queda muy poco tiempo, seguro, para acabar con esta pesadilla. Después de un año duro y de sacrificio, vale la pena remar un poco más para llegar a la orilla. Hemos cumplido con lo dictado durante este año.
Ahora toca vacunarnos, cuando por turno nos toque. Y debemos hacerlo, sin duda. El sufrimiento de sanitarios, científicos, servidores públicos, profesionales de todos los ámbitos gravemente afectados por la crisis desatada, enfermos y familiares caerá en saco roto si, teniendo la solución, la rechazamos.
[ Amparo Folgado | portavoz Grupo Popular Ajuntament de Torrent |@amparofolgado ]