Mudarse es una experiencia bastante común, más ahora con los precios del alquiler, pero a la vez es una fuente de ansiedad y estrés para la mayoría de las personas.
Con la idea de evitar esta situación, es posible dejarlo todo en manos de una empresa especializada como Mudanzas Virgen de Luján, pero incluso si nos encargamos nosotros de todo el proceso hay maneras de hacerlo más llevadero.
La clave del éxito es la planificación eficiente
A la hora de que las mudanzas en Cádiz o en cualquier otra ciudad tengan éxito y no acaben con nuestros nervios, la planificación es fundamental.
Así, hay que hacer una lista de verificación con bastante antelación. En ella, escribiremos todas las tareas, empezando por las mayores e ir subdividiendo hasta las más pequeñas. Ir marcando las completadas nos dará una gran satisfacción, animándonos a seguir adelante con todo el procedimiento.
Menos es más
No nos damos cuenta de la cantidad de pertenencias que acumulamos hasta que no hacemos una mudanza. En ese momento comenzamos a llenar decenas de cajas con enseres que a veces ni recordábamos. ¿Es necesario que acarreemos la colección de VHS que lleva años cogiendo polvo en el armario? Lo cierto es que los expertos recomiendan aprovechar las mudanzas para hacer limpieza.
Hay una regla llamada "la del año", en la que se dice que si no hemos utilizado un objeto en todo un año es porque quizá no nos haga falta. Eso quiere decir que nos podemos deshacer de él, evitando cargarlo en el traslado.
El embalaje es fundamental
Sin un buen embalaje es imposible hacer una mudanza. De esta forma, cuando ya sabemos que nos vamos a cambiar de casa es un buen momento con el fin de comprar cajas, precintos, plástico de burbujas, etc.
Además, siempre debemos identificar cada caja con una pequeña lista con lo que lleva dentro. Esto nos será muy útil nada más llegar al nuevo hogar, pues con esa lista vamos a localizar aquellas que llevan los productos de primera necesidad, como la pasta de dientes, el jabón y cosas así.
El día de la mudanza hay que tomárselo con calma
Al padecer tanto estrés que se acompaña de ansiedad y nervios es muy fácil lesionarnos ese día. Contracturas, golpes o cortes son lesiones propias de las mudanzas. Por lo tanto, hay que hacer lo posible con el fin de evitarlas y para ello la tranquilidad será nuestra aliada.
¿Cómo podemos estar calmados un día como ese? Estimando bien los tiempos. Así, si pensamos que vamos a hacer la mudanza en un día, lo mejor es tener libre el siguiente con el fin de acabarla. Sabiendo que hay tiempo de sobra, todo irá sobre ruedas, puesto que eso nos permite hacer frente a los imprevistos que van a aparecer.
No termina una vez que montamos los muebles en la nueva casa
Cuando ya hemos montado los muebles y hemos sacado todo de las cajas, es hora de descansar, pero lo cierto es que la mudanza no termina ahí, todavía nos queda un proceso de asimilación de cambios: conocer a los nuevos vecinos, recorrer las calles o averiguar dónde están las tiendas. Nos llevará un tiempo de ajuste en el que podemos sentir toda una variedad de emociones.