Mercedes Duque: “Nos construimos respecto a lo que nos dicen que seremos”

0
39 lecturas

Como dice un buen editor valenciano, Manolo Gil, a las librerías, y, por tanto, a los libros, hay que acercarse sin complejos. Y así, despojados de cualquier prejuicio, hay que adentrase en la novela de Mercedes Duque Espiau (Sevilla, 1996), Animales pequeños, una de las grandes apuestas de la editorial Tusquets para este comienzo de año.

Mercedes Duque A diferencia del plomizo, y asfixiante, cielo londinense, donde se ambienta la novela, Valencia recibe a Duque en una resplandeciente mañana, previa a la primavera, para liberar de etiquetas prestablecidas a esta magnífica historia de tres mujeres, que buscan rehacerse, al tiempo que aprenden a convivir con los silencios y los huecos que dejan las huellas del pasado.

“Me gusta mucho cuando me dicen eso, aunque Rita sea la narradora, y entre comillas es la protagonista, sí me gusta que se piense que son tres las protagonistas. De hecho, la novela en un principio iba a ser narrada en tres voces, sin embargo, la voz de Rita me cautivó. Es directa, si bien tiene sus momentos reflexivos, incluso poéticos. Además, me interesaba que ciertos temas, como el de salud mental, se vieran desde un prisma concreto; sobre todo, desde la desinformación, la falta de comunicación. Yo he aprendido ahora comunicarme respecto a mis ansiedades, cuando tenía la edad de Rita nunca hubiese sabido comunicar este tipo de cosas”, explica Duque al hablar de la relación, y disociación, de sus tres personajes femeninos, Rita, Lis y Eva, sobre los que pivota la novela.

Por un lado, Rita y Lis son amigas inseparables desde el colegio, y ahora, en Londres, la ciudad las engulle y aleja; y, por otra parte, Mercedes nos descubre la relación de Rita y Eva, hermanas de padres ausentes, que se han construido a sí mismas bajo diferentes perspectivas. En ambas relaciones, las palabras se van arrinconando, al tiempo que nacen las grietas, resquicios de hiel, que engullen las raíces, que cimentaban su identidad. Esos lazos, que Rita pensaba inquebrantables, se deshilachan entre noches fugaces y apáticas.

“Ella busca el amor de su amiga Lis y su hermana Eva”, comenta Duque a raíz de esa búsqueda de Rita a través de un sexo insustancial, y sin protección, en esas noches veloces. “Ella, para esos momentos en los que no encuentra su amor, recurre a una versión low cost, donde no busca el placer del hombre ni el suyo siquiera. Rita busca esa sensación de ser adorada, de ser encumbrada, que luego no encuentra, porque lo que realmente quiere es el amor y admiración de su amiga.”

Asimismo, Rita, arguye la escritora sevillana, “en algún momento de la novela, dice que las drogas se convirtieron en su fármaco favorito, que hacen que la vida sea más seductora. Eso puede estar ligado a esa idea que la vida tiene que ser divertida, fascinante, pero la vida no es eso. La vida en ocasiones resulta de esta manera, pero, en otras tantas, hay momentos más tristes, más aburridos, más sencillos, que también son necesarios y también generan la complejidad de la vida de cualquier persona”, continúa Duque. “La cotidianidad de las cosas es algo para mi muy valioso, y creo que a esa reflexión Rita aún no ha llegado. Por eso creo que toma drogas, porque aún no ha entendido que la parte cotidiana y la parte más triste, que es como se encuentra ella en este momento, también hay que saber valorarlas y saber transitar por ellas. Igual que tampoco se debe rechazar nuestro lado oscuro, porque si lo escondemos, en algún momento nos pasará factura”.

A golpe de desencanto, Rita descubre como las relaciones de su entorno van mutando, aunque ella quiera aferrarse a las sombras de un pasado que ya ha caducado. Aquellas identidades de la infancia empiezan a desdibujarse y dejar de ser un refugio. “Me interesa la construcción de la identidad a partir de lo que te dicen que eres. Nos construimos respecto a lo que nos dicen que seremos, respecto a una serie de cánones. Por ejemplo, el personaje de Eva, que viene influenciada por sus padres, pero también creo que es una realidad, la obligación a la perfección se le impone a todo el mundo, pero en especial a las mujeres.” Son esos roles, de siglos, los que provocan que Eva “se sienta monstruosa, cuando sufre ese aborto involuntario”, arguye Mercedes, “por qué tenemos esa idea en de culpa respecto al aborto, cuando no debería ser así, porque tenemos ese derecho, y aunque tú quieras ser madre, puedes también elegir si en ese momento decides abortar, sin sentir esa culpa”.

Mediante la voz directa y en ocasiones cruda de Rita, Mercedes nos muestra todas esas aristas que forman parte de las relaciones humanas, donde también se incluye la de los cuidados. “Los personajes de Lis y Eva tienen el rol más complicado, el del cuidador, porque es el más sufrido y el más complejo. Ambas llevan toda la vida siendo cuidadoras y están hartas, porque luego, nadie las cuida a ellas, parece que es un rol que no es intercambiable, porque dan por hecho que ellas saben cuidarse solas. En cambio, el que es cuidado parece que tiene derecho a pedir más y más, y no ha devolverlo. Y eso es lo que le ocurre a Eva y a Lis, que están cansadas de cuidar, por ello, Lis se queda en la cama y, luego Eva, sencillamente, dice ya está bien. Creo que tenemos que aprender a repartir eso, que tú en unos momentos puedes ser cuidado, pero en otros también cuidador”.

En definitiva, Mercedes Duque aborda, cartografía, de forma brillante el estadio final de una relación, en la que cerrar la puerta es el paso más difícil. “Cuando se pierde cualquier vínculo, ya sea tóxico o muy bonito, en realidad no se trata de suplirlo o superarlo, creo que más se trata de aprender a convivir con el hecho de que esa persona ya no está, y no va a estar. Cuando alguien se aleja, alguien con la que has creado tu identidad, se crea un pequeño hueco, pero se debe vivir con esos huecos. Aprender a dejar ir es muy importante, y complicadísimo, yo aún no lo he conseguido, pero es el paso que debe dar Rita. Creo que se debe construir o navegar entorno a ese hueco, asomarse a él, saber qué está ahí, y no pasa nada”.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí