Los destinatarios de la campaña son los comercios minoristas, especialmente de ropa y calzado, y por extensión, los usuarios habituales de esos establecimientos. Según explican los promotores de la campaña, además de colaborar con los pequeños comercios, la campaña sirve en primer lugar para reforzar el término abans, la utilización del cual estaba menguando y cayendo en desuso por el castellanismo antes y, en segundo lugar, para crear una imagen unitaria entre los comercios de la población con el valenciano como nexo de unión.
La Agència de Promoció del Valencià es la encargada de coordinar esta campaña para toda la Comunitat Valenciana, gracias a las bases de asistencia técnica firmadas con la Diputación de Valencia a través del Área de Normalización Lingüística que diseña los carteles.
Los organismos adheridos a la campaña han sido los ayuntamientos de Alaquàs, l'Alcúdia, Algemesí, Alzira, Benicàssim, Burjassot, Carlet, la propia Diputación de Valencia, Manises, Mislata, Oliva, Onda, Petrer, Picassent, Santa Pola, Silla, Sueca, Tavernes de la Valldigna, Torrent, Xirivella y Xixona. La distribución total de la campaña llega a 230.000 carteles.