Se convirtió en icono, emblema de la resistencia de valencianos y valencianas frente a la pandemia, una realidad que atropelló a las Fallas de València en 2020 y más con su transformación entonces, cubriendo su rostro con una mascarilla en los pocos días que estuvo en la plaza del Ayuntamiento, justo antes de que aquel 10 de marzo se cancelara todo y el 14 se decretara el Estado de Alarma y el confinamiento.
Ya sin la mascarilla que en su día colocaran el equipo de Manolo Martín y José Ramón Espuig, artífices de esta icónica efigie con la colaboración del diseñador Escif, la conocida como 'meditadora' está ya en la plaza del Ayuntamiento donde, esta vez sí, sucumbirá a la acción devoradora de las llamas en 5 de septiembre.