Aunque la mujer, de nacionalidad peruana, trabajaba en Meliana cuidando de una anciana, residía en la ciudad de Valencia, según explicaron sus hijas, que confiesan estar “muy preocupadas” por su desaparición hace ya casi un mes, ya que temen que le haya podido ocurrir “algo grave”. Al parecer, la peruana vivía con dos hombres alquilados en sendas habitaciones y con los cuales no tiene aparentemente ningún tipo de relación”.
La Guardia Civil no descarta ninguna hipótesis aunque el suicidio parece poco probable, especialmente porque las hijas han comentado que “no tenía ningún problema” y tampoco dejó indicios de alguna nota de despedida.