Según recoge la tradición, en 1348 un sacerdote llevó una arquilla con las sagradas formas a un morisco moribundo de Almàssera, que dependía eclesiásticamente de la parroquia de Alboraia. Al cruzar el barranco del Carraixet el sacerdote cayó del caballo y perdió las formas consagradas en el agua.
Por su parte, Almàssera construyó su parroquia dedicada al Santísimo Sacramento dos años después de lo ocurrido, así como una capilla, llamada ´la Capella del Miracle dels Peixets`, en el lugar en el que cayeron las formas sagradas.
Esta tradición también explica la existencia de tres peces en el escudo municipal de Alboraia, y de dos peces, en el escudo de Almàssera. Además, ambas localidades celebran el Corpus Christi semanas después de la solemnidad litúrgica y fuera de la Octava, el primer domingo de julio en el caso de Alboraia, y el cuarto domingo de agosto, en Almàssera, por dispensa papal tras el ´Miracle dels Peixets`.