Ya pasaron las Fallas en València y en multitud de poblaciones de la provincia de València. La Cremà, en el nuevo horario adelantado que ya se estrenara en septiembre con tan buenas sensaciones que se ha afianzado en marzo, ha sumido a casi 800 monumentos efímeros en el olvido.
Pero la lluvia de este mes de marzo ha dibujado un fin de Fallas muy diferente. El agua deslució un tanto el ancestral ritual del fuego purificador que abre paso a la primavera y sí, esta vez ninguna falla se quedó esperando ese ritual. Todas desaparecieron, incluso las que han aguardado dos años almacenadas en una nave.
Tal y como denunciaban los miembros de esta emblemática falla, una gamberrada que sólo pone de manifiesto la falta de educación de más de uno.
A continuación fueron quemándose las fallas grandes, a partir de las 22 horas por turnos según la llegada de los bomberos a cada demarcación, en un horario que acababa teóricamente a las 0 horas, pero que se alargaría con alguna que otra falla que fue quemada a las dos de la madrugada.
A las 23 horas era el turno del otro monumento 'ecologista' del año, la falla municipal grande, creada por Alejandro Santaeulalia y Dulk, que ha gustado mucho este año con su alegoría de la Naturaleza y que ha sensibilizado a propios y extraños sobre la necesidad de proteger el Planeta a través de las muchas especies animales y vegetales en peligro de extinción.