Cuando ayer se informó de la alerta naranja, muchos padres comenzaron a prepararse para lo peor pues no es la primera vez que tienen que desalojar el centro cuando llueve o cuando se dan condiciones climatológicas adversas como fuertes rachas de viento ya que las aulas prefabricadas no soportan esas circunstancias. A pesar de ello, muchas familias han llevado a sus hijos al colegio ya que no se habían suspendido las clases y, apenas unas horas más tarde, han tenido que volver a recogerlos, muchos de ellos, dejando sus trabajos, deprisa y circulando por carreteras llenas de agua.
“El nuevo president, Ximo Puig dijo que pronto comenzarán las obras, esperamos que así sea, porque si el día 10 ya sintió el calor que sufrimos en verano hoy, con las fotos, podrá ver lo que sufrimos un día como hoy”, han declarado desde el Cremona quienes insisten en que necesitan una escuela de ladrillos “por la seguridad de nuestros hijos”.