El pasado miércoles 4 de julio, la bandera roja ondeó en la playa de Puçol. El motivo no fue otro que el avistamiento de una carabela portuguesa que hirió a un vecino de la localidad que entró en contacto con esta especie de medusa que provoca una urticaria mucho más dolorosa que la de otras especies comunes en el mar Mediterráneo.
“Las primeras medidas han sido de tipo preventivo y hemos aconsejado suspender las visitas a la playa que tenían previstas los campus deportivos y la Escola d’Estiu”, explica Xavier Alcácer, concejal responsable de la playa. “Además, tenemos la bandera amarilla junto a la de medusas de forma permanente; con ella no indicamos que el agua esté en malas condiciones, sino que hay que estar atentos por si llegaran medusas a nuestra playa”, ha señalado.
Además, se ha reforzado la vigilancia con la revisión diaria a pie de arena y desde el mar con vehículo acuático. En caso de no observarse la presencia de ejemplares se mantienen las banderas amarillas y de medusas por precaución. Aun así, los servicios de salvamento y socorrismo seguirán revisando minuciosamente la arena y el agua antes de colocar la bandera cada mañana, y seguirá siendo amarilla hasta que la temperatura del agua haya acabado con este tipo de medusas y no se espere su llegada a nuestras costas.