‘Historiograma’, un libro donde la estructura de su historia va más allá de la superficie

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Gabriel García de Oro es autor de literatura infantil y juvenil y cofundador de Fantástica Storytelling School, la primera escuela orientada a la formación integral de storytelling enfocada en transformar tanto a personas como a negocios a través de la creatividad. Es titulado en filosofía por la Universidad de Barcelona, así como coach por la International Coaching Federation junto a un máster en hipnosis ericksoniana en el Institut Gestalt. Por su parte, Luis García de Oro comenzó compaginando su trabajo en publicidad con la docencia. Actualmente es director creativo en Ogilvy Barcelona y profesor de creatividad en Brother Barcelona Escuela de Creativos. También imparte clases y talleres en universidades como ESERP Business School y UIC Barcelona. Juntos emprendieron la tarea de escribir ‘Historiograma, cambia el argumento de tu vida’.

Pregunta: ¿En qué os basasteis para la elección de los cuentos de 'Historiograma'?

Portada del libro.

Gabriel: Nos basamos en dos criterios fundamentales. El primero es la familiaridad: queríamos que fueran historias que la gente reconociera o, al menos, de las que recordara su esencia, incluso si hacía mucho tiempo que no las escuchaban. La conexión emocional con un relato facilita la comprensión y hace que las enseñanzas resuenen con más fuerza. El segundo criterio es más estructural: cada cuento debía representar un tipo de historia arquetípica, es decir, una narrativa que se repite a lo largo de distintas culturas y épocas porque contiene una enseñanza esencial para la vida. Estos relatos no solo nos cautivan, sino que encierran patrones universales que nos ayudan a comprendernos mejor a nosotros mismos y al mundo que nos rodea.

Luis: Y aquí es donde entra el concepto de 'Historiograma'. Se trata de un mapa narrativo, una representación visual y conceptual que nos permite ver la estructura de una historia más allá de su superficie. Así como un diagrama organiza información para hacerla más clara, un Historiograma descompone un relato en sus elementos esenciales para mostrar cómo funciona y qué nos puede enseñar. Nos ayuda a identificar símbolos, conflictos y aprendizajes ocultos, permitiéndonos ver cómo esas mismas dinámicas se reflejan en nuestra propia vida. De este modo, cada historia no solo se disfruta, sino que se convierte en una herramienta para la reflexión y el crecimiento personal.

P.: ¿Cómo surgió el concepto historiograma?

Luis García de Oro.

G.: El concepto nació de forma muy natural. Tanto Luis como yo (que además de ser hermanos somos cofundadores de Fantástica Storytelling), llevamos años explorando el poder del relato como herramienta de transformación para personas y empresas. Porque los seres humanos somos, ante todo, seres narrativos: estamos hechos de historias. Vivimos en las historias que nos contamos a nosotros mismos, en las que contamos a los demás y, a su vez, en las que los demás cuentan sobre nosotros. Y lo más fascinante es que estas historias no solo nos explican, sino que nos condicionan. Moldean nuestra identidad, nuestras decisiones y nuestra forma de ver el mundo. Si esto es así, entonces aprender a ver cómo funcionan las historias que funcionan nos ayuda a hacer funcionar la nuestra. Desde esta base, y con nuestra pasión por investigar relatos desde un punto de vista filosófico y psicológico, el concepto de Historiograma surgió casi de manera inevitable.

L.: Queríamos una herramienta que permitiera visualizar cómo una historia puede servirnos como modelo, cómo podemos extraer de ella aprendizajes y aplicarlos a nuestra vida. Pero si Historiograma encontró su nombre exacto, fue gracias a nuestro padrino en este libro: Francesc Miralles. Él tiene un talento especial para nombrar las cosas con precisión, para encontrar esas palabras que no solo describen, sino que encapsulan una idea con claridad. Como decía Juan Ramón Jiménez: “Inteligencia, dame el nombre exacto de las cosas.” Francesc tiene esa inteligencia, y con su ayuda logramos dar con un término que sintetiza perfectamente la esencia del libro.

P.: ¿Con qué historiograma es con el que más os identificáis cada uno de vosotros?

G.: Cada uno, claro, tiene sus historias favoritas, esos relatos que, por algún motivo, resuenan más profundamente con su propia vida o sus enseñanzas en el camino. Pero también coincidimos… ¡Cómo no!

L.: Por ejemplo, nos identificamos 100% con el historiograma de Aladino y la lámpara mágica. En este cuento, la figura del genio es fascinante porque representa esa parte de nosotros que es poderosa, brillante, extrovertida… incluso genial. Es nuestro ego y como todo ego necesita ser bien gestionado. Si dialogamos con él de forma correcta, si sabemos cómo canalizar su energía, podemos lograr cosas extraordinarias. En cambio, si lo dejamos descontrolarse, puede llevarnos al abismo. Y hay otro aspecto esencial: la verdadera magia no está en el genio ni en la lámpara, sino en la capacidad de Aladino de acceder a ella con ternura, amabilidad y delicadeza. Así es como la despierta, frotando la lámpara suavemente, sin violencia. Un recordatorio de que nuestra propia fuerza interior no se libera a base de exigencia o presión, sino con confianza y respeto hacia nosotros mismos.

Gabriel García de Oro.

G.: En mi caso, también me siento muy conectado con el historiograma de Robinson Crusoe y esa isla desierta en la que naufraga. La isla es, en muchos sentidos, un símbolo de nosotros mismos. Todos, en algún momento, nos encontramos solos en nuestra propia isla, enfrentándonos a nuestra soledad, a nuestra necesidad de reconstruirnos, de aprender a sobrevivir con lo que tenemos dentro. Y muchas veces es en ese aislamiento donde encontramos respuestas que no podríamos haber hallado de otra manera. Aprender a estar solos, a escucharnos, a vivir con nuestro propio pensamiento es un viaje esencial para volver más fuertes y conscientes al mundo.

P.: ¿Os ha ayudado vuestra experiencia como fundadores de la Fantástica Storytelling School para escribir el libro?

G.: Sin duda. Con Fantástica Storytelling, las historias forman parte central de nuestra vida. Nos obligan a estar en contacto constante con ellas, a detectar patrones, a comprender cómo funcionan y, lo más importante, a intervenirlas de manera que generen nuevas posibilidades. Al final, eso es lo que hacemos: ayudar a personas y empresas a transformar sus relatos para transformar su realidad. Y aquí es donde tiene sentido hablar del origen de Fantástica Storytelling. Nos inspiramos en una frase que Gianni Rodari recuperó de Novalis: “Si dispusiéramos de una Fantástica como tenemos una matemática o una aritmética, habríamos encontrado el arte de inventar”. Esa idea nos fascinó, porque resume perfectamente lo que creemos: que las historias son precisamente eso, el arte de inventar nuevas posibilidades, de abrir caminos donde antes solo veíamos muros. Así que sí, Historiograma nace de esa misma pasión: de la convicción de que las historias pueden ser herramientas poderosas para comprendernos mejor, para salir de los patrones que nos limitan y, en última instancia, para reescribirnos a nosotros mismos.

P.: ¿Qué esperáis que los lectores descubran de sí mismos al leer Historiograma?

L.: Nos encantaría que los lectores se dieran cuenta del poder que las historias ya tienen en sus vidas. No solo las historias que leen o escuchan, sino, sobre todo, las que se cuentan a sí mismos. Porque no vivimos los hechos de manera aislada, sino dentro de relatos que construimos a partir de lo que interpretamos y recordamos. Y esos relatos pueden limitarnos o impulsarnos.

G.: Darse cuenta de esto es clave. Porque cuando somos capaces de detectar los patrones narrativos en nuestras propias historias, como ‘El día de la marmota’, esos círculos viciosos en los que caemos una y otra vez sin saber cómo salir; entonces podemos empezar a cambiarlos. La historia que nos contamos sobre nuestra vida define en gran parte la vida que vivimos. Identificar el argumento en el que estamos atrapados es el primer paso para poder reescribirlo. Y eso significa que podemos cambiar el argumento de nuestras vidas.

P.: ¿Cómo definirías la experiencia de escribir un libro juntamente con tu hermano?

L.: En el fondo, ha sido una experiencia que ya conocíamos bien. Hemos trabajado juntos en muchos proyectos y compartido numerosos espacios creativos, así que, afortunadamente, nos conocemos lo suficiente como para colaborar sin problemas. Creativamente, nos entendemos a la perfección. Sabemos cómo piensa el otro, qué aporta cada uno y cómo potenciar nuestras ideas sin pisarnos. Eso ha hecho que el proceso de escritura de ‘Historiograma’ no solo fuera fluido, sino también muy enriquecedor. Cuando trabajas con alguien con quien tienes esa conexión, todo encaja de manera natural.

(Agradecemos la colaboración de Laia Lucas y Bibiana Ripol para esta entrevista)

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