La eliminación de uno de los puntos más conflictivos de la red viaria valenciana ya tiene fecha de caducidad. Será en 2018. Tras negociaciones con el Ministerio de Fomento, la Diputación de Valencia ha anunciado que en 2017 iniciará las expropiaciones a los propietarios de los terrenos afectados por las obras que permitirán suprimir el punto negro de la CV-370, la carretera que une Riba-roja con Manises.
Esta reivindicación fue planteada en varias reuniones mantenidas entre el alcalde de Riba-roja, Robert Raga y el diputado de Carreteras, Pablo Seguí, en las que se puso de manifiesto como una de las inversiones más necesarias en el municipio, eliminar el 'punto negro' de tráfico existente en la carretera de Manises a Riba-roja y su posterior conexión con el bypass, ante el elevado número de accidentes que se registran anualmente.
De esta reunión salió el compromiso del responsable de Carreteras de la Diputación de Valencia de colaborar conjuntamente ante el Ministerio de Fomento para el traslado de la canalización necesaria para la eliminación de ese tramo.
Los ramales de entrada y salida desde el by-pass hacia la carretera provincial finalizan en sendas intersecciones en “T” en esta última dotadas de carril central para efectuar todas las maniobras de giro a izquierda. Las dos intersecciones en “T” presentan unos índices de accidentalidad elevados que califican a este nudo como uno de los puntos negros dentro de la red provincial de la Diputación de Valencia. La accidentalidad está asociada a la tipología de las intersecciones y, sobre todo, a la elevada Intensidad de circulación que sobrepasa los 20.000 vehículos diarios.
“Esta obra es una de las reivindicaciones más importantes en materia de infraestructuras viarias que tiene nuestro municipio y que mejorará sin duda la seguridad vial de los vecinos y vecinas de Riba-roja, reduciendo el elevado número de accidentes en la zona”, asegura el alcalde de Riba-roja, Robert Raga.