La crisis social y sanitaria generada por la COVID-19 ha provocado un aumento significativo de las personas que acuden al CIBE Marítim, el Centro de Emergencia Social del Comité Antisida de València que ofrece atención a las necesidades básicas de personas en situación extrema de exclusión, la mayoría usuarias de drogas y en situación de sinhogarismo.
En un año señalado por el confinamiento domiciliario, el centro ha ofrecido 10.357 paquetes de alimentación diaria y 6.600 servicios de higiene personal a un total de a 489 personas durante 2020, 91 más que en 2019. Entre el perfil de personas atendidas, el 72% carece de vivienda y el 67% no tiene ingresos de ninguna clase. Más de la mitad son españolas (68%) y de las migrantes, un 30% carece de permiso de residencia. La edad media ronda los 43 años.
El 23% presenta un diagnóstico psiquiátrico, especialmente antisocial (TPA) y límite (TLP). “La ansiedad generada por la situación de calle contribuye a vivir en un estado de alerta permanente. En este contexto de emergencia sanitaria, además, muchas personas han aumentado su consumo de sustancias como consecuencia la soledad y la falta de un lugar seguro donde confinarse y sentirse seguras”, asegura Alba. El CIBE Marítim ha estado en permanente coordinación con unidades de salud mental (UCM) y con unidades de conductas adictivas (UCA), gestionando más de 200 derivaciones a otros recursos psicosociales.
Un centro referente de reducción de riesgos y daños
La reducción de daños asociados al consumo de drogas se define como el conjunto de estrategias e intervenciones destinadas a minimizar las consecuencias derivadas del consumo de sustancias psicoactivas. Entre los programas de atención, el centro ofrece servicio de intercambio de jeringuillas, talleres de consumo seguro y actuación frente a la sobredosis, formaciones sobre prevención del VIH y acciones der sensibilización para la adherencia al tratamiento farmacológico.
En referencia al consumo, la sustancia más frecuente durante 2020 entre las personas usuarias del CIBE sigue siendo el alcohol (27,30%), seguida de la cocaína en base o crack (20,50%), y la heroína (18,90%). Estos niveles resultan coincidentes con los datos que se desprenden del Informe Europeo sobre drogas de 2019. A estas tres drogas les siguen el speed-ball (uso combinado de heroína y cocaína), las benzodiacepinas, el cannabis y la metadona.
La vía de consumo inhalada o fumada es la prioritaria y aumenta respecto a 2019, de un 42,4% a un 46,6%. La oral continúa siendo la segunda forma de uso de drogas más utilizada. También es destacable el aumento de la vía esnifada, debido a la subida del consumo de clorhidrato de cocaína. La vía parenteral se mantiene. Más del 70% de las personas que acuden al centro son policonsumidoras.
Centro especializado en salud sexual
El CIBE Marítim también es el centro de diagnóstico de infecciones de transmisión sexual (ITS) y cibereducación del Comité Antisida de València. Cualquier persona puede acudir al centro (C/Barraca 290) a realizarse las pruebas de VIH, VHC y Sífilis y resolver cualquier duda sobre ITS y consumo de drogas, contactando con el 678 19 30 97 por Whatsapp.
El Centro está subvencionado por el Ayuntamiento de València, la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública, la Conselleria d’Igualtat i Polítiques Inclusives, y el Ministerio de Sanidad, a través del Plan Nacional sobre el Sida, mediante el programa «CUIDARTE» en colaboración con la entidad catalana Àmbit. También por la entidad privada Gilead.