Tras cuatro suspensiones, por fin se ha celebrado el juicio contra el exjefe de explosivos de la Guardia Civil y su hijo en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia. Ambos están acusados de un delito de riesgo por materias que pueden causar estragos, por presuntamente almacenar grandes cantidades de explosivos de forma ilícita en un bajo en Paiporta, por el que se enfrentan a dos años de cárcel.
El exjefe asegura que "las bombetas que lanzan los niños en Fallas son más peligrosas" y que la mezcla que realizaban en una pirotecnia de Turís no era peligrosa.
Además de los dos años de prisión, el Ministerio Fiscal solicita para cada uno de los procesados el pago de multa de 5.400 euros, así como una inhabilitación durante nueve años para ejercer como técnico, encargado, representante o director de ninguna empresa de material pirotécnico o explosivo.
