El presidente de la Junta Rectora del Parque Natural de l'Albufera de València, el investigador Carlos Sanchis, ha asegurado que la "no han tenido influencia" en su desbordamiento durante la DANA del pasado 29 de octubre, ni en las consecuencias posteriores en el lago. Según Sanchis, la magnitud del evento con caudales de hasta 3.500 metros cúbicos por segundo habría superado cualquier intervención en este cauce concreto: "La vegetación se queda en nada", señaló.
Durante su intervención en la comisión del Ayuntamiento de València para la recuperación de las zonas afectadas por la DANA, Sanchis analizó el impacto ambiental de la riada en el Parque Natural y destacó la necesidad de adoptar soluciones "a nivel social" para mitigar riesgos futuros.
El investigador subrayó que el desastre expuso fallos en varias áreas: insuficiencia de infraestructuras hidráulicas, sistemas de alerta de emergencia inadecuados, planificación urbanística incapaz de responder a este tipo de eventos, y una falta generalizada de educación en la población para enfrentar este tipo de catástrofes. "Si no trabajamos en estas cuatro líneas—educación, urbanismo, alerta y emergencia, e infraestructuras—estaremos dejando cojo el sistema y no podremos aminorar los riesgos que se vienen encima", advirtió.
"No existe el riesgo cero"
Sanchis alertó contra la "falsa sensación de seguridad" que ofrecen las infraestructuras hidráulicas. "No garantizan el riesgo cero. Si no contamos con sistemas de alerta y una población preparada, estas situaciones seguirán causando grandes daños", afirmó. Además, instó a una mayor coordinación a escala metropolitana, ya que percibe que actualmente la gestión sigue siendo insuficiente y difícil de implementar.
En términos ambientales, el experto destacó que el agua que llegó al lago durante la riada era "de buena calidad, con sedimentos limpios", aunque en zonas específicas, como los campos de Massanassa, se acumularon residuos sólidos que deben ser retirados con urgencia. Entre ellos, señaló la presencia de microplásticos, residuos farmacológicos y cosméticos, cuya retirada inmediata es esencial para evitar que se degraden y afecten al suelo, fauna y flora.
Acciones de emergencia y recuperación
Sanchis enumeró una serie de medidas urgentes para minimizar el impacto de futuros episodios:
- Retirada de residuos peligrosos: Priorizar la eliminación de elementos tóxicos acumulados en el barranco y áreas aledañas antes de que causen mayores daños ambientales.
- Reforzar las motas: Restituir y renaturalizar las motas para que sean más resistentes a futuras inundaciones. Las motas con cubierta vegetal han demostrado soportar mejor los embates del agua.
- Depuración y control de vertidos: Actualizar los sistemas de control de calidad del agua y asegurar la operación óptima de las depuradoras, que han respondido rápidamente tras la DANA, pero aún requieren mejoras estructurales.
Renaturalización y planificación a largo plazo
Entre las soluciones a largo plazo, Sanchis defendió la importancia de renaturalizar las áreas afectadas y dragar las zonas del lago donde el sedimento acumulado impida actividades tradicionales como la pesca. Sin embargo, desaconsejó intervenir en áreas que no lo requieran, para preservar los ecosistemas naturales.
Asimismo, destacó la necesidad de realizar una batimetría del lago que permita analizar los cambios ocurridos en los últimos 20 años y establecer estrategias de regeneración adecuadas. También enfatizó la urgencia de actualizar infraestructuras críticas, como el colector oeste, para evitar vertidos de aguas fecales a l'Albufera.
Un llamado a la coordinación y financiación
Finalmente, Sanchis lamentó los problemas administrativos que dificultan la financiación de medidas preventivas necesarias para evitar la repetición de situaciones como la vivida durante esta riada. Señaló la importancia de captar fondos europeos y nacionales para garantizar la recuperación sostenible de l'Albufera y su entorno, mientras insistió en que estos desafíos requieren una acción conjunta y transversal.