El Teatre Talia emprendió este pasado martes un viaje inolvidable al tango de todas las épocas, en todas sus formas, de la mano del espectáculo 'Aires de mujer'.
Fotos: Roberto Fariña.- Aún faltaban días para el estreno y el Teatre Talia, ya había colgado el cartel de 'No hay entradas', antesala de un éxito seguro en el mundo de las artes escénicas. Este martes, con todo preparado con todas las medidas frente al Covid-19, el patio de butacas se poblaba de gentes de toda clase y condición dispuestas a emprender un viaje de poco más de una hora por los diversos escenarios, colores y texturas del Tango.
El espectáculo musical 'Aires de Mujer', con guión y dirección artística del compañero y amigo Jimmy Entraigües, elevó el nivel de anteriores propuestas ya conocidas y celebradas -y algunas de las cuales ya se han podido presenciar en las tablas de la calle Caballeros- a un nivel realmente difícil de alcanzar, y no sólo por el virtuosismo instrumental y coreográfico sino, y sobre todo, por el acertadísimo catálogo de propuestas que puso sobre el escenario. Sencillamente brillante.
Este viaje por las múltiples caras y formas del tango fue llevado a las tablas por mujeres, maravillosas mujeres que con su música, su voz y su cuerpo dibujaron sobre el escenario un perfecto paisaje platense que a nadie pasó desapercibido. El tango hecho por mujeres..., y de qué manera. Polly Ferman, Analía Carril, Roberta Maegli, Jenny Guerra, María Inés Rojas, Pau Martí, Mª Antonieta Tuozzo, Rebeca Núñez y Carolina González desplegaron talento por toneladas. Este homenaje a la compositora y bandoneonista Paquita Bernardo parte de una idea diseñada por Polly Ferman, quien asume la dirección musical y también artística del proyecto, sin duda en una experiencia de imagen y sonido que llegó al corazón de cuantos tuvimos la suerte de vivirlo minuto a minuto.
Y es que el elenco tanto de músicas como de bailarinas y vocalistas era de primerísimo nivel y así lo demostraron con un nivel de ejecución que no bajó de la brillantez en ningún momento, por no hablar de su indudable capacidad para evocar la atmósfera platense a través del piano, el contrabajo, el violín y claro está, el bandoneón.
Otra de las figuras que gustó y mucho vino por la orilla de la danza y así, las bailarinas que desplegaron sobre el escenario un poder de seducción dulce pero decidido y hasta embriagador, deleitaron al respetable con un atrevido baile a tres que ejecutaron con maestría y así, un auténtico bosque de piernas pudo entrelazarse hasta el extremo y de una belleza visual incuestionable, todo ello al servicio de ese lamento, ese llanto que el tango ofrece como ningún otro estilo musical en el mundo.