Los trabajos de exhumación que se estaban realizando en la fosa 113 del cementerio de Paterna han concluido esta semana. Finalmente, se han recuperado 49 cuerpos -más otro que se ha sacado de un nicho tras ponerse en duda su identidad- de represaliados del Franquismo. El director arquélogo de la excavación, Miquel Mezquida, ha comparecido hoy en rueda de prensa junto al presidente de la asociación de familiares de víctimas de la fosa 113, Santi Vallés, y de la diputada de Memoria Histórica, Rosa Pérez Garijo, para hacer públicos los resultados de la fase de excavación.
Un año para la identificación
Según ha explicado Mezquida, el estudio de ADN de los restos no es especialmente costoso pero el cotejar cada uno de ellos con las muestras recogidas de las 26 familias es lo que prolongará la identificación certera de los restos, por lo menos, un año.
A expensas de la identificación, las evidencias halladas por el equipo de arqueólogos no dejan lugar a dudas de que se trata de los restos de represaliados por el Franquismo. Al hecho de que estaban sepultados por una capa de cal de unos 15 centímetros que, irónicamente, ha conservado los restos sin apenas alteraciones, se suman las múltiples fracturas perimortem que presentan los restos y los huesos, en muchos de los cuales se pueden observar los orificios de bala.
Algunos de los restos presentaban también fracturas que coinciden con golpes sufridos antes de morir y que podrían implicar que muchos de los represaliados fueron, primero, torturados. Asimismo, se han hallado cuerpos maniatados y, en muchos casos, se han encontrado también las cuerdas.
En la fosa se han recuperado algunos objetos personales que podrían ayudar también a la identificación de las víctimas como gafas, billeteras, petacas, botones y hasta un canica.
Centro de interpretación
Por su parte, Santi Vallés, visiblemente emocionado tras ver las imágenes de la fosa y la reacción de los familiares que han asistido a la rueda de prensa, ha dado las gracias a todos los implicados en los trabajos de exhumación y a la Diputación de Valencia por subvencionar los trabajos. “Nosotros hemos tenido suerte”, ha dicho Vallés, en referencia a los periplos, a veces en solitario, que tienen que pasar las familias en otras comunidades autónomas para conseguir abrir un fosa.
Vallés ha animado a las instituciones a seguir por este camino porque, ha dicho, no debe ser una lucha sólo de las familias, sino de toda la sociedad. En ese sentido, ha vuelto a pedir a las instituciones valencianas que se cree un centro de interpretación y que se trabaje por recoger y preservar los testimonios orales de aquella época para que puedan ser conocidos por generaciones futuras y no vuelva a repetirse.
Entre las peticiones, el presidente de la asociación de familiares ha pedido que se anulen los juicios sumarísimos por los que estas personas fueron condenados a muerte y que se trasladen a la Comunitat los documentos relacionados con lo que ocurrió aquí, que siguen hoy en el Archivo de Salamanca.
“El cementerio de Paterna no es un cementerio, es un mapa del horror. Se tiene que levantar entero”, ha señalado Vallés, quien ha propuesto que se levanten dos vallas a cada lado del camino desde la zona donde eran fusilados -más de 2.200 personas en los primeros años del Franquismo-, conocido como el Paredón de España, hasta el cementerio. Dos vallas donde se ponga el nombre, la foto, el trabajo y hasta la afiliación política de todos los represaliados que fueron conducidos por “ese camino de sangre”.