Cistitis intersticial: cómo reconocerla y tratarla
La cistitis intersticial es una afección inflamatoria crónica de la vejiga que puede convertir cada visita al baño en una pesadilla. Este trastorno, más frecuente entre las mujeres, se distingue de la cistitis tradicional por su dolor persistente que dura más de seis meses, ya sea de forma constante o cíclica.
Esta enfermedad, que progresa lenta pero gradualmente, no sólo deteriora la función de la vejiga, sino que afecta gravemente a la calidad de vida de quien la padece. El dolor constante y la urgencia de orinar pueden tener graves repercusiones psicológicas, como ansiedad y depresión.
En resumen, un trastorno bastante molesto que, por desgracia, no es la única forma en que puede presentarse la cistitis. Existen, de hecho, otros numerosos tipos, cada uno con una sintomatología característica que lo distingue de los demás. Y es en este punto en el que queremos centrarnos, dedicándonos a los síntomas de la cistitis intersticial y sus principales características.
Si el lector necesita información sobre otros tipos de este trastorno, le invitamos a consultar otros sitios dedicados: por ejemplo, Dimann.com explica cuáles son los síntomas de la cistitis postcoital, otro tipo particular relacionado con los hábitos sexuales de la persona.
A continuación, dispongámonos a examinar la cistitis intersticial y sus principales síntomas.
¿Qué es la cistitis intersticial?
Las causas de la cistitis intersticial siguen siendo en gran medida un misterio, pero se cree que entre los factores desencadenantes pueden figurar infecciones urinarias, intervenciones quirúrgicas o enfermedades víricas.
La teoría más aceptada sugiere que la afección es el resultado de un debilitamiento del revestimiento protector de la vejiga, compuesto por glicosaminoglicanos. Cuando esta fina capa protectora se adelgaza, permite que los irritantes de la orina dañen las paredes de la vejiga y provoquen inflamación.
También suele estar relacionada con afecciones crónicas como la vestibulitis vulvar, la fibromialgia y el síndrome del intestino irritable.
¿Cómo reconocer la cistitis intersticial?
Reconocer a tiempo los síntomas de la cistitis intersticial es esencial para iniciar cuanto antes el tratamiento más eficaz. Sin embargo, no es fácil distinguir esta afección, ya que en aproximadamente un tercio de los casos los síntomas pueden confundirse con los de la cistitis común, como la necesidad urgente de orinar, a menudo en pequeñas cantidades, y el dolor durante la micción. Además, es posible experimentar molestias o dolor al llenar la vejiga.
El dolor durante las relaciones sexuales es muy frecuente. Los hombres pueden experimentar dolor en los testículos, el escroto, el perineo y el pubis, y las eyaculaciones pueden llegar a ser dolorosas. En las mujeres, es frecuente el dolor en la pelvis o entre la vagina, el escroto y el ano.
Para complicar el cuadro clínico, parece que la crisis intersticial está vinculada a otros problemas crónicos, como la vestibulitis vulvar, el síndrome del intestino irritable, el lupus, el síndrome de fatiga crónica y la fibromialgia.
En consecuencia, el diagnóstico de la cistitis intersticial puede ser un verdadero rompecabezas para muchos pacientes. Los análisis de orina, como el urocultivo y la citología urinaria, junto con las ecografías de las vías urinarias, sirven para descartar otras enfermedades con síntomas similares.
Para un análisis más profundo se utiliza la uretrocistoscopia, mientras que en algunos casos se realiza una biopsia para tomar y analizar un fragmento de la pared de la vejiga y descartar enfermedades más graves.
No obstante, podemos afirmar que algunas investigaciones sugieren claramente que existe una relación entre la dieta y los síntomas de la cistitis intersticial. Seguir una dieta sana y mantenerse bien hidratado es importante para la salud en general, incluida la salud de la vejiga.
Cómo se trata la cistitis intersticial
Por desgracia, a diferencia de la cistitis bacteriana común, la forma intersticial no responde a los antibióticos. Por lo tanto, el tratamiento de la cistitis intersticial suele requerir una combinación de distintos enfoques, combinando terapias farmacológicas y tratamientos endovesicales.
Las opciones de tratamiento más comunes incluyen el uso de antiinflamatorios y analgésicos como la Aspirina y el Momento, así como antihistamínicos como la hidroxizina y la cimetidina. Los ingredientes naturales como la quercetina o el MSM, un compuesto orgánico con propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes, también pueden ayudar a aliviar los síntomas y reducir el dolor. En algunos casos, se recetan antidepresivos para controlar las consecuencias psicológicas del dolor crónico.
También son frecuentes las terapias intravesicales, que incluyen el uso de glucosaminoglicanos, sustancias que protegen y sostienen el tejido de la vejiga. También suelen utilizarse medicamentos orales que reparan la mucosa vesical dañada.
Para controlar los síntomas de la cistitis intersticial, pueden emplearse varias técnicas para relajar los músculos pélvicos, como el masaje intravaginal, la estimulación eléctrica y ejercicios específicos como el Kegel Reverse. La fisioterapia y la biorretroalimentación pueden ser especialmente útiles para aliviar los espasmos dolorosos de los músculos del suelo pélvico, enseñándoles a fortalecerse y relajarse. Además, enfoques como la reducción del estrés, la hipnoterapia y la acupuntura han demostrado ser eficaces para mejorar el bienestar general de algunos pacientes.
Para los enfermos de cistitis intersticial, también es esencial evitar alimentos y bebidas irritantes como el alcohol, los alimentos picantes y ácidos, el chocolate, la cafeína, los edulcorantes artificiales, los cítricos y los tomates. Además, dejar de fumar puede aliviar el dolor, ya que muchos pacientes notan un empeoramiento de los síntomas relacionados con el tabaco.