La noche de San Juan congregó a cientos de personas que disfrutaron de una velada cargada de belleza y música a ritmo de repiniques, surdos y cajas. Durante más de una hora de actuación se fue incrementando la intensidad y, progresivamente, fueron incorporándose más personas, niños y mayores, lo que dio como resultado un espectáculo de participación en la fiesta.
Como cada año, se puso a disposición de los mayores autobuses para trasladarlos del casco urbano a la playa.