El cultivo y mantenimiento de las plantaciones cuentan con unas características diferentes según el tipo de plantación a realizar, sea el momento del año en el que se comienza con su cultivo, las condiciones atmosféricas y el tipo de terreno necesario, entre otras. Más allá de estas características, la observación del crecimiento de la planta y las posibles adversidades, tanto meteorológicas como problemas de plagas, pueden ser más difíciles de controlar. Por ello, en algunos casos se recomienda el asesoramiento de especialistas para el cultivo de algunas cosechas, como el olivo, el almendro, el aguacate, el pistacho, el nogal y algunos cítricos, ya que cuentan con algunas dificultades específicas.
Veremos a continuación las características de tres de las plantaciones mencionadas, el almendro, el pistacho y el olivo.
El almendro, un fruto de riego delicado
Una característica del riego del cultivo almendro es que hay que tener especial cuidado después de la recolección, pues el riego en este momento es lo que decidirá si la misma planta estará preparada tiempo después para la próxima campaña. Según la calidad del riego que haya recibido la planta, así se desarrollarán las raíces, y esto determinará el tamaño de la copa del árbol, y con ello, la cantidad de frutos que producirá.
A esta evolución del almendro también hay que sumarle los beneficios de una buena poda, lo cual puede aumentar el crecimiento de la planta con cada poda, y así su producción.
La recolección del fruto puede variar algunos días, dependiendo de la localización geográfica de la plantación y la temperatura de la zona, así como por el tipo de sistema de cultivo, aunque normalmente, la recolección del almendro se realiza entre agosto y septiembre.
El pistacho, un cultivo resistente
La principal ventaja del cultivo pistacho es que crece en un árbol muy resistente a las adversidades climáticas, aunque un aspecto muy importante, al igual que con el almendro, es el riego. El riego del pistacho es muy variable y dependerá de la fase de crecimiento en la que se encuentre, teniendo que adaptar este proceso según vaya creciendo la planta.
Al igual que el riego, la poda del pistacho es variable, según la edad de la planta y la etapa de crecimiento en la que se encuentre. Cuando la planta está en proceso de formación, la poda será determinante para la futura forma del árbol; mientras que en el proceso de producción, la poda determinará la expansión de la planta, y con ello, la cantidad de producción del producto que pueda realizar.
La recolección del pistacho es un proceso sencillo y que sigue las pautas generales de la recolección de cualquier fruto, sin embargo, este fruto precisa otros procesos después de la recolección: el secado y el pelado.
El olivo, diferencias de cultivo entre sus variedades
El olivo es una planta que cuenta con una gran capacidad de adaptación al clima, siendo capaz de soportar temperaturas muy bajas y sequías. Sin embargo, la calidad de su fruto se puede ver resentida si estas características son muy variables y extremas. Para que la oliva sea de buena calidad, es primordial contar con un buen sistema de riego adaptado a las inclemencias de la meteorología, lo cual debe acompañarse de un terreno fértil y rico en nutrientes.
La poda del olivo es importante, ya que esta tarea será la que determine una producción de frutos de calidad, eliminando las ramas y hojas secas para que el resto del árbol no se resienta en su crecimiento y producción.
La recolección de la oliva es muy variada, dependerá de la localización geográfica y de su clima, aunque también es importante la variedad de oliva cultivada, pues de esto dependerá que necesiten una mayor maduración antes de ser recogidas.
Por eso, si te planteas cultivar cualquiera de estos frutos, debes tener en cuenta sus necesidades y no dudes en acudir a un especialista para obtener una buena cosecha.