La sorpresa que muchas personas muestran durante el verano respecto a la satisfactoria impresión de “mucho menos calor” cuando visitan Bioparc ya tiene una respuesta empírica. El concepto científico es “sensación térmica”, cada vez más frecuente en la información meteorológica, y si en invierno se define con las variables temperatura y viento, en verano el factor determinante es el porcentaje de humedad. En este sentido, aun todavía en una fase primaria, se han estado recogiendo estos datos (temperatura y humedad) en diferentes puntos del parque y el resultado ha sido realmente convincente y muy positivo, pues durante la última ola de calor de la pasada semana las cifras apuntan a más de -5ºC de sensación térmica al compararlo con el núcleo turístico del centro de Valencia.
En concreto se ha estado analizando la sensación térmica en el momento de la máxima temperatura de la jornada y se han confrontado los números de la estación Micalet de AVAMET (Asociación Valenciana de Meteorología) con los de los distintos dispositivos de Bioparc, situados en áreas al aire libre y de paso de público del Bulevar central (teatro del lago de elefantes y restaurante Ndoki con juego infantil) y del recorrido hacia selvas ecuatoriales. Al principio de mes se recogieron cifras de más de -7ºC en la zona de la cueva de Kitum, que alberga la única visión subacuática de España de los hipopótamos y desde donde también se puede contemplar la manada de elefantes con las crías Malik y Makena. Y ya centrados en plena canícula de San Lorenzo alrededor del 10 de agosto, cuando la sensación térmica en Micalet era de 38,5ºC, en Bioparc era extraordinariamente más favorable en el camino hacia los miradores de los chimpancés, con 33,4ºC. A esto habría que añadir el frescor de las numerosas cascadas y cursos de agua junto a los caminos y la brisa frecuente por la ubicación en pleno antiguo cauce del Turia que hacen todavía más agradable la estancia en el parque.