Un 9 d’Octubre no es tal día sin nuestra Real Senyera, la bandera que nos une a alicantinos, castellonenses y valencianos. Muchas generaciones de ciudadanos de la Comunidad Valenciana hemos crecido junto a este emblema, símbolo de la unión, del respeto, del sacrificio; bajo una bandera que es además baluarte de nuestra cultura y de nuestra identidad como pueblo.
Aunque haya quienes se empeñen en quitarle el azul a nuestra Real Senyera, en hablar de los fantasiosos Països Catalans, en emprender la lucha egoísta del nacionalismo y del independentismo, nosotros debemos seguir exhibiendo con orgullo nuestra voluntad de formar parte del conjunto de España, de respetar nuestro Estatut de Autonomía bajo el amparo de la Constitución.
El 9 d’Octubre es un día de reivindicación, de reclamar una mejor financiación autonómica –tanto para la Comunidad Valenciana como para el resto de territorios que comparten nuestros problemas-, de exigir las infraestructuras que nos tocan -como el Corredor Mediterráneo-, pero sobre todo el 9 d’Octubre es un día de fiesta para los valencianos, un día para estar junto a nuestros familiares y amigos, para mostrar al resto del mundo nuestros símbolos, para que desfile orgullosa nuestra Real Senyera en la procesión Cívica, para estar todos unidos y comprometidos por un futuro mejor para los valencianos y valencianas.
Así es como entiendo yo el 9 d’Octubre, un día pintado de amarillo, rojo y azul, pintado con los colores de nuestra más querida Senyera. Un 9 d’Octubre vivido desde la libertad, el respeto y la fraternidad.
Josep E. Aguar i Vila
Portaveu Ciutadans Diputacio València