El Museo del Palmito de Aldaia estrena, en su colección permanente, la reproducción de un taller tradicional de calador de varillas, con objetos originales y cerca de un centenar de imágenes.
El nuevo espacio, dotado de una gran profusión de imágenes, muestra de manera divulgativa el proceso de elaboración del varillaje desde el momento de la obtención de los materiales y el serrado de los mismos hasta llegar a la parte más delicada del calado, el grabado y el adorno, trabajos donde son decisivas las hábiles manos del palmiter artesano.
Los materiales del varillaje han sido múltiples y variados a lo largo de la historia. Los más usados son las maderas nobles, el carey de tortuga, cuernos de buey, el oro, la plata, el bronce, el marfil y el nácar. Actualmente el marfil y el carey están prohibidos por el Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES).
Los varillajes de madera son los más habituales y, según la especie de árbol, varía en fragilidad y tonalidad, aunque normalmente la madera va pintada, barnizada, creando abanicos de gran belleza. La madera de peral es una de las más usadas por su versatilidad, pero también se emplean otras europeas y de ultramar como el sándalo, el palo-santo, palo-rosa o el ébano.
Además, se ofrece a los y las visitantes una experiencia didáctica única donde pueden identificar varios materiales empleados en el varillaje, así como las principales telas usadas en el pintado del país del abanico y algunas técnicas de pintura como la acuarela o la aguada.
El nuevo espacio alberga cuatro caladoras, dos de ellas manuales, fabricadas en Aldaia en la primera mitad del siglo XX, cedidas por artesanos locales. La caladora es una máquina creada expresamente para calar las varillas de los abanicos. Las antiguas caladoras eran de madera y la mayoría de ellas las fabricaban los propios maestros abaniqueros. La caladora manual se compone de siete partes principales: la mesa, la ballesta, el pedal, la pieza de preparar trabajo, la serreta, la mariposa y la baqueta.
Todo esto se complementa con paneles explicativos e imágenes de más de 30 artesanos y artesanas significativos del sector, de antes y de ahora, especializados en las partes del calado, el grabado y el adorno del palmito, así como en el pintado y la fase final de acabado con el clauet y la anilla que une y culmina el varillaje.