Lo característico en el municipio es que, cada vez más niños, llevan consigo su rastre de pots, un artilugio creado a partir de objetos metálicos con el que, antiguamente, los niños recorrían las calles haciendo todo el ruido posible para sorprender a los Reyes Magos. Una tradición que se está recuperando desde hace unos años y éste batirá el récord de participación, ya que se espera a más de 100 niños arrastrando el artilugio.
La Cabalgata hará parada en las escalinatas del Real Monasterio, donde Sus Majestades recibirán la llave del pueblo y se disparará un ramo de fuegos artificiales por su atenta y, seguro, generosa visita.