El pleno de Albal de este 27 de febrero de 2025 pasara a la historia de Albal al ser el último pleno de Ramón Marí. Tras 33 años como edil, 20 de ellos como alcalde, Marí ha decidido coger el tren -ese que esperó que tuviera parada en Albal- para subirse a él y alejarse de la política activa.
Visiblemente emocionado, Marí inició su despedida afirmando que "después de haber dedicado más de la mitad de mi vida al Ayuntamiento, haciendo política de la buena, de la de principios, es hora de pensar en viajes, cabezaditas largas, almuerzos y, sobre todo, de demostrar a mi familia que les quiero y explicarles mis ausencias en desayunos, comidas y cenas".
Marí repasó sus cinco legislaturas y destacó la transformación de Albal durante su mandato ala explicar que "tras 33 años dedicado en cuerpo y alma a hacer de la política un instrumento para mejorar Albal, y tras 20 años como alcalde, ha llegado el momento de decir hasta siempre. Gracias a los vecinos que, en cinco legislaturas, me dieron su confianza para transformar un pueblo pequeño en grande, de 12.000 habitantes en 2003 a 17.000 ahora".
Un legado de proyectos y luchas políticas
En su intervención, Marí recordó algunos de los hitos de su gestión, como la ampliación de zonas verdes, la mejora de la accesibilidad con la renovación de aceras, la transformación del polideportivo de Santa Ana, el saneamiento de las cuentas municipales hasta alcanzar deuda cero, la modificación del Plan General de Ordenación Urbana y, sobre todo, la construcción de la estación de Renfe de Albal.
El exalcalde también reivindicó su lucha contra la prostitución, recordando que Albal fue el primer municipio en aprobar una ordenanza para sancionar a los clientes en lugar de a las mujeres prostituidas, "una decisión que tomamos después de sufrir hasta dos asesinatos de mujeres en nuestro término municipal".
Marí destacó igualmente su implicación en la denuncia del caso Emarsa, el escándalo de corrupción que destapó el saqueo de 23,5 millones de euros de la empresa pública de aguas residuales. Marí recordó que "más de siete años de investigación sirvieron para descubrir el mayor expolio de dinero público de la historia del área metropolitana de València". La denuncia acabó con 24 condenados, aunque supuso para él una persecución política, algún que otro problema de salud y el escaso reconocimiento, incluso entre las filas de su propio partido, a su lucha contra la corrupción.
Adiós emocionado
En su discurso, Marí también reivindicó la política útil y criticó la falta de apoyo a algunos de sus proyectos al recordar que "algunos de los que ahora presumen de la estación de tren no la respaldaron cuando tuvieron la oportunidad".
Antes de concluir, el exalcalde quiso dejar claro que, aunque se aparta de la política activa, seguirá colaborando con su partido. Como él mismo explicó en su discurso, "Ramón Marí Vila pasa a ser un vecino más de estas calles que tanto estimo, pero aunque cuelgue las botas, me las volveré a calzar para ayudar a mis compañeros en la próxima campaña electoral".
Marí cerró su intervención recordando que "mi adiós coincide con la parada del primer tren de Albal. Era mi proyecto desde la primera vez que me presenté y ahora era el momento de decir adiós. Gracias y hasta siempre". El final de su discurso concluyó con un gran aplauso de todo el pleno que acabó por emocionar a Marí.
Ahora, a su casi 71 años, Marí ha decidido subirse al tren que tanto tiempo esperó que llegara a Albal para poner punto y final a una trayectoria brillante marcada por su amor a Albal y por la defensa de la política útil, de diálogo, de proximidad que le posibilitarán ostentar con orgullo la vara de mando durante 5 legislaturas. Ahora toca disfrutar del viaje.
