Conversación exclusiva con la abogada Antonia Magdalena Carmona sobre claves para solucionar conflictos en empresas familiares

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Según un informe del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), las empresas familiares en España representan aproximadamente el 90 % del tejido empresarial y generan el 67 % del empleo en el sector privado. Sin embargo, según Antonia Magdaleno Carmona, abogada especializada y reconocida como Best Lawyer desde 2009, estas empresas enfrentan desafíos significativos. En particular, deben abordar la sucesión de los socios fundadores y la gestión de conflictos familiares internos.

Antonia Magdaleno Carmona, abogada y socia directora de una firma especializada en derecho empresarial, se graduó con honores en Derecho por la Universidad de Valencia en 1999. Ha acumulado más de dos décadas de experiencia en derecho procesal, arbitral y concursal. Además, Magdaleno ha liderado casos emblemáticos como Administradora Concursal, representando a empresas como Viajes Marsans y Levante U.D. Además, ha contribuido al sector educativo como profesora de derecho procesal en la Universidad de Valencia y actualmente colabora en diversas universidades en programas de doctorado y másteres de especialización.

Es así como, en esta entrevista, la abogada Antonia Magdalena Carmona, especialista en derecho de familia, nos ofrece su perspectiva y valiosos consejos sobre cómo las empresas familiares pueden abordar y resolver estos desafíos, asegurando así su continuidad y éxito a lo largo del tiempo.

En base a su trayectoria, Antonia Magdaleno Carmona, ¿cuáles son los desafíos legales más comunes que enfrentan las empresas familiares?

Las empresas familiares en nuestro país son, en su gran mayoría, Pymes, y desde nuestra experiencia el desafío más importante al que se enfrentan es la de afrontar con éxito la sucesión de los socios fundadores.

En no pocas ocasiones los hijos o demás familiares del fundador no saben el lugar que les corresponde en la organización, o bien se dejan llevar por rencillas o problemas familiares que trasladan al ámbito empresario y todo ello causa una infinidad de problemas en la compañía que, en ocasiones, las lleva incluso al fracaso empresarial.

¿Qué estructuras legales recomiendas para proteger los intereses de cada miembro de la familia en la empresa?

Sin duda, sea cuál sea la estructura, lo importante es contar con un Protocolo Familiar o un Acuerdo Parasocial que regule todos y cada uno de estos aspectos y que prevenga los posibles problemas que pueden aparecer en el futuro.

Asimismo, está totalmente desaconsejado que el capital social esté dividido a partes iguales entre dos socios o dos familias porque, si aparecen los problemas, se llega casi de inmediato a la paralización de los órganos societarios.

Desde su notable trayectoria, Antonia Magdaleno Carmona, ¿qué mecanismos legales pueden emplearse para prevenir y resolver conflictos familiares dentro de la empresa?

La mediación o el arbitraje son métodos muy válidos para dar solución a estos problemas. A muchos de nuestros clientes les aconsejamos que, dentro del mismo Protocolo Familiar o acuerdo Parasocial, se recoja un comité mediador y la composición del mismo y, de forma escalonada, la posibilidad de acudir al arbitraje.

¿Consideras que es más ventajoso establecer una junta directiva que incluya a miembros no familiares? ¿Por qué?

Realmente cada sociedad es un mundo, más que establecer algo tan “tajante” lo que solemos hacer es recoger unos requisitos (edad, experiencia, formación, idiomas, etc.) que deberá reunir todo miembro directivo de la empresa familiar, si el candidato, aunque forme parte de la familia, cumple con esos requisitos objetivos, no suelen haber problemas al respecto.

En tu experiencia, Antonia Magdaleno Carmona, ¿cuáles son los errores más comunes que cometen las empresas familiares desde el punto de vista legal?

Sin duda, el error más importante, crear o mantener una división a partes iguales del capital social entre dos socios o grupos familiares sin establecer, al mismo tiempo, una fórmula de desempate.

Además, también es un error considerar que el mero hecho de formar parte de la familia implica que se vaya a ser un buen gestor, las habilidades empresariales no se heredan…. al menos no siempre, y dar esto por sentado es siempre un error.

¿Crees que es importante tener abogados especializados en derecho de familia y derecho corporativo cuando se trata de empresas familiares?

Por supuesto, y abogados que conozcan bien la empresa, su sector y las vicisitudes familiares porque todo ello conformará la toma de decisiones, incluso la propia estructura societaria.

Por último, Antonia Magdaleno, ¿qué consejo darías a una familia que está considerando iniciar una empresa familiar en términos de preparación legal y planificación?

Antes de iniciar la actividad, incluso de constituir la sociedad, acudir a un despacho especializado para que pueda diseñar la estructura más adecuada, tanto desde un punto de vista familiar, como de negocio, financiera, fiscal, etc.

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