En febrero, con motivo del aniversario, Bioparc comparte con la sociedad sus resultados del año anterior. Ahora, en su 13º aniversario, el parque hace un balance agridulce del 2020.
Con una trayectoria de crecimiento y consolidación como un referente mundial, este 2020 ha sido, como para muchos, un año realmente complicado y un reto para Bioparc. Los efectos de la pandemia y la crisis económica marcan unos resultados muy duros, los peores en la historia del parque. El cierre de las instalaciones ha supuesto la anulación total de los ingresos durante 97 días, con el problema añadido de mantener los gastos, pues internamente el parque mantenía su actividad normal derivada del compromiso con el bienestar animal y el óptimo mantenimiento de las instalaciones. Esto supone un coste diario de 22.000 euros. Estos meses coincidían no sólo con importantes momentos vacacionales como la Semana Santa, sino también con la mayor parte de las visitas escolares que tienen en Bioparc su “aula de naturaleza”.
Como en la mayoría de sectores económicos, la reapertura se supedita a las importantes limitaciones y medidas de seguridad y salud. Además, han sido muy notables las consecuencias de la caída del turismo internacional y las restricciones a la movilidad. Los resultados son claros, una disminución del 60% de las visitas del parque: de las 637.000 en 2019 se ha pasado a 264.000 en 2020, de las cuales solo un 11% son internacionales, frente al 46% en 2019.
También cabe destacar el compromiso mutuo que se establece entre los valencianos y Bioparc y que se evidencia en el pase anual B! El parque ofreció la posibilidad de ampliar la validez del mismo los meses que permaneció cerrado. Y, la puesta en valor del atractivo de Bioparc como espacio de ocio seguro para disfrutar con frecuencia con un precio realmente especial, ha llevado a pasar de 34.000 a 42.000 el número de personas que tienen activo el pase B!
El lado más emotivo ha sido, sin duda, la entrega de todo el equipo humano que incorporó todas las medidas sanitarias a su trabajo diario y que permitió continuar con los máximos estándares de calidad en el mantenimiento de las instalaciones y en el bienestar animal. La empresa implementó todos los cambios necesarios para que ni un solo día, incluso en las circunstancias más adversas, cesara la actividad interna de Bioparc con el objetivo de que los animales permanecieran en su “burbuja” y no sufrieran en absoluto los problemas de la pandemia.
Todo ese esfuerzo se vio recompensado con un babyboom que supone la esperanza de conservación de especies en peligro de extinción en la naturaleza. Cada nacimiento se ha vivido por el equipo del parque como un estímulo emocional.
Bioparc refuerza su propuesta de “ocio con causa” y ha seguido realizando de forma virtual acciones que implican a la Fundación Bioparc y a la sociedad, como la 8ª Can-rrera o los desfiles de perros abandonados. El parque permanece abierto al público con todas las medidas de seguridad y hasta final de febrero, con el 13º Aniversario, está en marcha la propuesta para que “lo celebremos todo un año”, con la promoción del pase anual B! a 38€ y el +1€ para salvar a los chimpancés con los proyectos del Instituto Jane Goodall.