Fotos: Sisko Estellés y Javier Furió.- Visitamos a finales de julio, en la frontera con el tórrido mes de agosto, la localidad de Rocafort, para comer en un rincón mágico llamado La Masía. Todo un descubrimiento para los amantes del buen comer.
¿Ibiza? No, aunque lo parece. Y es que una suave brisa acaricia los gigantescos y vetustos pinos que resguardan La Masía del asfixiante calor del verano, consiguiendo para este coqueto restaurante un microclima de magnífico aspecto.
La Masía no llegó aquí por casualidad. En el pasado fue un chalet de lujo y ahora es una conjunción de espacios para todos los gustos, decorado con mucho gusto, valga la redundancia. Su planta arquitectónica, de grandes espacios y férreas estructuras, lo delatan como una obra de gran envergadura y relevancia. Y, efectivamente, con mucha influencia ibicenca en su interior. El comedor interior rebosa detalles para el confort y el relax. El bosque mediterráneo hace el resto, otorgándole un tinte autóctono muy de agradecer, porque uno se siente en casa.
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Abrimos boca con un entrante que nos termina de sumergir en la música cadenciosa y relajante que invade todo el local. Buñuelos cremosos de bacalao con alioli. Suaves, impresionantemente equilibrados en sabor y consistencia. Una delicia.
Le sigue una ensaladilla, cosa seria. Para paladares exquisitos, los detalles a la hora de 'vestir' un entrante defenestrado injustamente por algunos, la homogeneidad en boca sorprende de forma muy grata. Debe ser por eso que los que no dominan el arte de este resfrescante conjunto disjunto, lo desechan ante la imposibilidad de lograr un resultado óptimo. El que logra Matías denota, sobre todo, ingredientes de calidad.
Pero llega el momento del bocado principal. El que hará que no olvidemos nunca nuestra visita a La Masía. Un arroz del senyoret llega a la mesa en su paella y ya el aspecto nos hace abrir los ojos como platos. Apartamos los platos. Esto se ha de comer en la paella, situada al centro.
Convenientemente saciada el hambre del mediodía, y con la magnífica y cierta sensación de haber degustado quizás el mejor arroz de los últimos meses, llegan los postres con un compendio de delicias entre las que destaca sobremanera la torrija de horchata. Una obra de arte y un homenaje a nuestro producto más internacional -con permiso de su majestad la paella-. Completan la 'zarzuela' dulce unas pocas fresas, cerezas y un flan de huevo.
LA MASÍA
Avda. Ausiàs March, 99 (Entrada por C/ Padre Lluís Fullana, 12)
46111 Rocafort (Valencia)
Reservas: http://www.masiarocafort.com/contacto-reservas/