Hoy, en una reunión con el president de la Generalitat, Ximo Puig, la consellera de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, María José Salvador, y el presidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez, los alcaldes han zanjado la polémica: 400.000 euros de la Generalitat y parte de la línea de la Diputación para subvencionar líneas de transporte deficitarias (dotada con 1, 5 millones de euros) financiarán el servicio de la EMT en las localidades de Paterna, Alboraya, Mislata, Vinalesa y Moncada.
“Tenemos que reconstruir la movilidad en el área metropolitana y para eso es fundamental el diálogo entre instituciones”, ha señalado Puig tras la reunión en una comparecencia ante los medios de comunicación acompañado por los alcaldes de Valencia, Joan Ribó, y su concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, la alcaldesa de Moncada, Amparo Orts; el alcalde de Paterna, Juan Antonio Sagredo; el de Mislata, Carlos Fernández Bielsa; el de Vinalesa, Julio César Martínez Blat, y el de Alboraya, Miguel Chavarría.
Para poder transferir el dinero al Ayuntamiento de Valencia, propietario de la EMT, desde la Generalitat han tenido que revertir al Consistorio de la capital las competencias en transporte metropolitano. De este modo, no se da ninguna incompatibilidad jurídica en que el Ayuntamiento de Valencia preste un servicio más allá de su límite geográfico.
Desde la Generalitat esperan poder recuperar el Contrato Programa con el Estado en 2017 y, con esa subvención del Gobierno central y la creación de la Agencia Metropolitana de Movilidad, apostar por una política de transporte con visión metropolitana y vocación de servicio público que permita superar polémicas como la acontecida con la EMT.
Está previsto que los autobuses vuelvan a prestar servicio en los municipios donde no lo hacía en unas semanas o pocos meses.